Seguro que no sería la primera vez que tenéis un cólico. Ya sea por comer demasiado o por alguna otra razón (aunque sea mínima), el cuerpo empieza a tener diferentes tipos de dolores (parecido a cuando hablamos cómo aliviar el estreñimiento). Los cólicos se caracterizan por un dolor en el abdomen especialmente grande que puede incluso variar con el tiempo. Pueden provocar irritabilidad y estrés, además de estar acompañados por nauseas, vómitos y diarrea. El ambiente no es especialmente bueno.
El origen de los cólicos reside en los propios alimentos, los cuales pueden llegar a afectar gravemente al sistema digestivo. En el caso de que haya una alergia, una intolerancia o un poco de sensibilidad, se podría provocar un cólico de intensidad variable. De todas formas, existen remedios que ayudan a calmar el dolor y a aliviar la dolencia al menos de manera temporal.
Teniendo en cuenta que existen muchos remedios para calmar los cólicos, vamos a echarle un vistazo a algunos de ellos.
Utilizando técnicas de respiración
Aunque no lo parezca, las técnicas de respiración pueden llegar a ser muy útiles. Si se respira de una determinada manera, podremos distraernos del dolor que sentimos y relajar todo el cuerpo. Solo es eficiente para dolores con una intensidad media, una limitación que tendremos que saber bordear.
Para poner en marcha esta práctica será suficiente con estar cómodos, comenzar una respiración rápida (incluyendo inhalación y exhalación) y continuar así hasta que el dolor se pase. Cuidado con la respiración, no debéis pasaros en la intensidad. Es mejor que, después de todo, descanséis un rato.
La dieta os salvará de los cólicos
Hemos mencionado que los responsables de los cólicos son, en mayor o menor medida, los propios alimentos. Si estos provocan dolores o daños en el sistema digestivo, será suficiente con tener una buena dieta, equilibrada, para controlar y evitar la aparición de los cólicos.
Para empezar, no realicéis comidas que sean muy cargantes o con mucha grasa, llenando el estómago sin límite. Tampoco consumáis alcohol o bebidas gaseosas. Sí es recomendable el agua, líquido que es puro y muy bueno para el organismo.
En el caso de que ya tengáis dolores, evitad los alimentos sólidos al menos durante su duración y unas horas después. Tampoco comáis productos lácteos, comida rápida, grasa o alimentos que tengan grandes cantidades de ácidos. Cuanto más ligera sea la alimentación, mejor.
El ejercicio calma los cólicos
Si tenéis cólicos abdominales y estos no han sido producidos por los músculos, es bueno hacer ejercicio para que el cuerpo se calme. Lo mejor es dar un paseo caminando muy lentamente. Evitad correr o ejercicios físicos que requieran de mucho esfuerzo.
Existen deportes que son indicados para abatir los cólicos. Sobre todo los que relajan o inducen a ello. Al calmar el cuerpo, también disminuyen las posibilidades de tener un problema de este tipo. Repetimos que tengáis cuidado con los ejercicios que sean demasiado fuertes.
Usando plantas y flores
Seguimos con la relajación, aunque esta vez con plantas y flores que calmen el cuerpo. Ya sabéis que existen muchas variedades que consiguen hacer caer rendido el cuerpo. Solo es necesario inhalar su perfume para que sean los propios músculos los que, al relajarse, eviten los cólicos.
Sobre las plantas y flores recomendadas, optad por aquellas que tengan un aroma relajante: la menta, el romero y la lavanda son buenas opciones, pero la lista se amplía a todas aquellas que os produzcan relajación. En este aspecto no hay límites. Podéis usar vapor o lo que necesitéis para inhalar su perfume.
Daos un masaje abdominal
Los masajes abdominales son muy utilizados a la hora de calmar los cólicos, sobre todo los abdominales. Su método de aplicación es tan sencillo que os sorprenderá. Solo es necesario realizar un masaje sobre la pelvis y los alrededores, manteniendo la situación durante unos minutos. También podéis utilizar aceites con esencias para que el efecto sobre el dolor sea más rápido.
Los masajes para calmar los cólicos no se limitan a la parte abdominal y los provocados por esta zona. También se pueden hacer sobre las partes que estén afectadas. El resultado suele ser muy positivo.
Aplicando calor
La temperatura es tan importante en el tratamiento de las dolencias que casi siempre la utilizamos. De hecho, en las otras entradas de la página está presente. No olvidéis hacerlo todo de manera precisa para no llevaros grandes sustos.
En este caso, para los cólicos usaremos el calor de manera inteligente: bastará con tomar una ducha caliente, poner un paño caliente en la zona del abdomen o utilizar una bolsa con agua caliente. El dolor se calmará en pocos minutos y podréis respirar tranquilos. Al menos de forma temporal.
Plantas medicinales: uno de los remedios para los cólicos
Las plantas medicinales están recomendadas para la mayoría de dolencias que hay en la actualidad. Para los cólicos no iba a haber una excepción. La mejor manera de calmar la dolencia que tratamos es hacer uso de infusiones de té de hinojo y hojas de manzanilla o incluso una cucharada de whisky.
También son útiles las mezclas de hojas de albahaca con una cucharada de sal, tres cucharadas de cuajada y un poco de pimienta negra. Esta última debe ser usada con moderación. Si no, podríais tener aún más problemas.
Con miel de abeja
La miel también es uno de los productos más usados para curar todo tipo de enfermedades y dolencias. Nosotros la usamos mucho cuando hay un resfriado o para darnos algo de energía.
Si queréis utilizarla para curar los cólicos, solo tenéis que aplicarla en vuestros alimentos favoritos. Bastará una cucharada para que el dolor de los cólicos disminuya. Es posible mezclarla con infusiones y leche.
La miel de abeja es un agente curativo que tiene propiedades medicinales, pero que no se limitan a los cólicos. También puede actuar como laxante. No olvidéis tener cuidado con su uso.
Cólicos: dolorosos, pero fáciles de curar
Estamos de acuerdo en que los cólicos pueden llegar a ser muy dolorosos, pero existen muchos remedios naturales (y no tan naturales) que os echarán una mano a la hora de calmarlos. Solo tenéis que ponerlos en práctica para que las molestias se calmen en un espacio de tiempo variable.
No olvidéis que, si los dolores persisten durante mucho tiempo, siempre es buena idea acudir al hospital para que un especialista supervise el caso de manera personalizada.
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